jueves, 21 de febrero de 2013

El barroco en América latina.


Barroco en América Latina.
El barroco llego al continente americano por medio de los españoles, por lo que hizo que este alcanzara su mayor expresión durante el siglo XVIII, al mezclarse con los diversos aportes indígenas.

Reseña histórica del barroco en América Latina

El barroco se desarrolló en toda América Latina pero se resaltó de  manera más  importante  en México, debido a que paso de ser una imitación del estilo español a  convertirse en  un estilo propio, aportando nuevos elementos característicos del indígena, con lo que el barroco se tornó un barroco hispano-indígena.
Las civilizaciones indígenas más importantes del continente americano, como los mayas, incas y aztecas, se ven influenciadas por los españoles, a su llegada al continente. Es por eso que México y Guatemala se consideran como lugares importantes donde se desarrolla con mayor importancia este estilo.
El barroco destacaba en diferentes aspectos en América tales como el arte, la arquitectura, la pintura, eran tantos los rasgos que aportaba el barroco a la sociedad que se construyeron iglesias basadas en los principios arquitectónicos del barroco, generalmente estas iglesias eran extravagantes y con muchos adornos, muy llamativas desde el exterior, en México  como en el resto de América Latina se ven muchas iglesias que fueron construidas con el principio arquitectónico del barroco. Así como podemos ver representado el barroco en ciertas estructuras en América, también hubo muchos pintores que se inspiraron en las características del barroco para realizar sus pinturas.
















Autores del barroco americano

Sor Juana Inés de la Cruz.


San Miguel Nepantla, México, 12 de noviembre de 1651 o 1648
En la época de Sor Juana las mujeres no podían aprender pero era tanto el deseo de aprender, que le propuso a su madre disfrazarse de hombre para asistir a la universidad, según ella misma.
Escribió por encargo de la corte de Madrid tres autos sacramentales hablan sobre el descubrimiento, la conquista y la evangelización de América; entre ellos destaca el Divino Narciso, nombrado así en alusión a los autos de Pedro Calderón de la Barca. En este, Sor Juana presento la caída y la redención del género humano por medio del sacrificio de Jesucristo, permaneció en la historia para salvar a sus hijos una y otra vez mediante una alegoría mítica. Narciso es Dios creador y Jesús salvador, la Naturaleza Humana representa a la humanidad y finalmente Eco simboliza al demonio. Aquí Sor Juana retomo recursos del teatro de Pedro Calderón de la Barca y las uso para crear pasajes líricos de gran hermosura.
Poemas.

La Sentencia del Justo

Firma Pilatos la que juzga ajena
Sentencia, y es la suya. ¡Oh caso fuerte!
¿Quién creerá que firmando ajena muerte
el mismo juez en ella se condena?

La ambición de sí tanto le enajena
Que con el vil temor ciego no advierte
Que carga sobre sí la infausta suerte,
Quien al Justo sentencia a injusta pena.

Jueces del mundo, detened la mano,
Aún no firméis, mirad si son violencias
Las que os pueden mover de odio inhumano;

Examinad primero las conciencias,
Mirad no haga el Juez recto y soberano
Que en la ajena firméis vuestras sentencias


A una Rosa

Rosa divina, que en gentil cultura
Eres con tu fragante sutileza
Magisterio purpúreo en la belleza,
Enseñanza nevada a la hermosura.

Amago de la humana arquitectura,
Ejemplo de la vana gentileza,
En cuyo ser unió naturaleza
La cuna alegre y triste sepultura.

¡Cuán altiva en tu pompa, presumida
soberbia, el riesgo de morir desdeñas,
y luego desmayada y encogida.

De tu caduco ser das mustias señas!
Con que con docta muerte y necia vida,
Viviendo engañas y muriendo enseñas.

Severo Sarduy.


(Camagüey, Cuba, 25 de febrero de 1937 — París, 8 de junio de 1993), fue un narrador, poeta, periodista, crítico de literatura y arte cubano. Estudió el bachillerato en la Habana; en 1958. Con el triunfo de la revolución colaboró en Diario libre y lunes de revolución, viajó a París en 1960 para realizar estudios de Historia del Arte y nunca regresó a su país. Fue uno de los más grandes escritores cubanos del siglo XX, cultivó el ensayo y la poesía brillantemente, además fue un gran narrador perteneciente al neobarroco latinoamericano.


Poemas
Poema Harley Red de Severo Sarduy
El sueño no:
la pérdida.
El blanco roedor,
que ciega.
Pierdo pie. Todo es compuerta.
Mira:
el muro sangra.

Se Esforzaba. Su Jadeo
Se esforzaba. Su jadeo
ante el jardín clausurado
era el de un ciervo asustado.
La furia -más que el deseo-
de penetrar, era el reo
que lo impedía… Que ejerza,
según la torre se tuerza,
jaque anexo, desviada,
y cifre, en esa morada:
“más vale maña que fuerza”.

José Lezama Lima.


(La Habana, 19 de diciembre de 1910 - íbid, 9 de agosto de 1976) fue un poeta, novelista, cuentista y ensayista cubano.
AH, QUE TÚ ESCAPES
Ah, que tú escapes en el instante
en el que ya habías alcanzado tu definición mejor.
Ah, mi amiga, que tú no quieras creer
las preguntas de esa estrella recién cortada,
que va mojando sus puntas en otra estrella enemiga.
Ah, si pudiera ser cierto que a la hora del baño,
cuando en una misma agua discursiva
se bañan el inmóvil paisaje y los animales más finos:
antílopes, serpientes de pasos breves, de pasos evaporados
parecen entre sueños, sin ansias levantar
los más extensos cabellos y el agua más recordada.
Ah, mi amiga, si en el puro mármol de los adioses
hubieras dejado la estatua que nos podía acompañar,
pues el viento, el viento gracioso,
se extiende como un gato para dejarse definir.

Rueda el cielo.
Rueda el cielo -que no concuerde
su intento y el grácil tiempo-
a recorrer la posesión del clavel
sobre la nuca más fría
de ese alto imperio de siglos.
Rueda el cielo -el aliento le corona
de agua mansa en palacios
silenciosos sobre el río
a decir su imagen clara.
Su imagen clara.
Va el cielo a presumir
-los mastines desvelados contra el viento-
de un aroma aconsejado.
Rueda el cielo
sobre ese aroma agolpado
en las ventanas,
como una oscura potencia
desviada a nuevas tierras.
Rueda el cielo
sobre la extraña flor de este cielo,
de esta flor,
única cárcel:
corona sin ruido.